ESPÍA

Qipao o cheongsam, el inesperado vestido que se está haciendo un hueco entre las marcas este otoño

Altuzarra lo incluyó en su colección, al igual que AlexaChung y Zara
Qipao o cheongsam el inesperado vestido que se est haciendo un hueco entre las marcas este otoño

Hemos hablando del vestido tipo slinky que contribuye a redefinir el concepto de sexy a través del recato. De los vestidos de siluetas amplias que, sin marcar absolutamente nada la figura, han acaparado parte del street style. Pero el vestido que no vimos llegar es uno con una fuerte influencia en la moda. Desde China llega el conocido como qipao o cheongsam, que se convirtió en el símbolo de la mujer moderna en el país. Tras el derrocamiento de la dinastía imperial y la instauración de la república en 1912, el país fue testigo de cierto aperturismo económico. En términos de vestuario, la población femenina adoptó un vestido más corto, caracterizado por ese cuello que hoy llamamos Mao y con un escote lateral que bebía de las amplias vestimentas manchús de la dinastía Qing. El moderno vestido chino era más ceñido, como demostraban las mujeres de Shanghai en los años 30 y 40, una ciudad considerada “el París de Oriente” por su comercio con Europa (y también su venta de opio, pero esa ya es otra historia).

Estas mismas premisas formales eran el punto de partida de Joseph Altuzarra para su colección de otoño invierno 2020: el diseñador destapaba la caja de recuerdos de las antiguas prendas de su abuela china para una colección en la que el qipao o cheongsam fue el protagonista indiscutible. Por un lado apostó por vestidos más puristas, en los que recuperó esa silueta lateral, pero también lo actualizó a través de sedas brillantes como el celofán y otros tejidos de lúrex plisado mucho más ceñidos. Otra de la forma de revisionar este vestido ligado a su herencia familiar fue a través de imaginar ese escote abierto, uniéndolo a partir de cierres mucho más abiertos con detalles como por ejemplo, un broche tipo coral.

El qipao o cheongsam revisitado en Altuzarra otoño invierno 2020.
La clave de su actualización en Altuzarra era el escote lateral abierto, como pudimos ver en algún fotograma de ‘Las flores de la guerra'.

Lo que Altuzarra proponía sobre la pasarela nos lo hemos ido encontrando en pequeñas dosis en algunas de las propuestas de otoño. Concretamente, de dos: hace unos días veíamos cómo la web de Zara se llenaba de modelos luciendo estampados de regusto oriental, con una pieza en especial que también apostaba por la silueta más clásica del qipao o cheongsam en un tejido de color negro satinado con motivos de pagodas y flores. En la misma línea, el perfil de la marca de Alexa Chung compartía en su Instagram un vestido, denominado en su caso ‘Mandarin’, también en versión mini, pero en su caso, en negro liso y cerrado al lateral izquierdo con botones de efecto perla.

Vestido tipo qipao o cheongsam, de Zara.

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El referente lo tenemos imbuido hasta el subconsciente. Se trata de uno de los vestidos a los que las celebrities han recurrido una y otra vez para cualquier tipo de evento, como Nicole Kidman durante el Festival de Cannes en 2001 cuando estaba presentando Moulin Rouge, pasando por Anne Hathaway en la premiere de Camino a la perdición (2002), Victoria Beckham, Kylie Minogue, Emma Watson, Celine Dion y (cómo no) la propia Alexa Chung en 2018. En su día hasta Madonna se subió al escenario de los American Music Awards de 1995 con un modelo en color rojo oscuro y estampado con flores.

Madonna en los American Music Awards de 1995 con un cheongsam.Joan Adlen Photography

 Más allá de la alfombra roja, el cine es una de las plataformas que hizo obsesionarnos con este vestido que tampoco pasa de moda. Podríamos hablar de la fiebre que trajo consigo El expreso de Shanghai (1932) con Marlene Dietrich y Anna Way Wong, la primera actriz de origen chino americano en conseguir reconocimiento global, cuya trayectoria en otras películas como Limehouse Blues  también contribuirían a la popularización de la prenda. Pero si hay una mirada única para enseñarnos la belleza de un qipao es la de los propios cineastas chinos; la de Wong Kar-Wai y el preciosismo estético de cada fotograma que integra Deseando amar (In the Mood for Love, 2001) o la de Zhang Yimou con Las flores de la guerra (2011). Otro título representativo podría ser el del director taiwanés Ang Lee, Lust , Caution (2007).

Fotograma de ‘In the Mood for Love’, de Wong Kar-wai.United Archives / Cordon Press
Imagen de un qipao en ‘Lust, Caution’.

Debates aparte sobre la apropiación cultural, la moda ha sentido una fascinación reiterada por el qipao o cheongsam. Las relaciones políticas de Estados Unidos con China y los recibimientos las esposas de líderes políticos como Cheng Cheng contribuyeron a poner este vestido en su punto de mira. También por el papel fundamental de dos figuras para ejercer como toma de contacto con Occidente. Por un lado, Madame Wellington Koo, esposa del diplomático chino en Reino Unido, quien apareció a comienzos de los años 40 en las páginas de Vogue retratada por Horst P. Horst con una alabanza de la publicación hacia su buena voluntad por acercar Oriente y Occidente. Por otro lado tendríamos a Madame Chiang Kai Shek, la primera mujer china que consiguió hablar en el Congreso norteamericano en 1943. Ese mismo año apareció en la portada de la revista Time, luciendo un qipao estampado.

Sobre la pasarela, las alusiones saltan de una década a otra. Se podría mencionar la colección que ideó John Galliano para la primavera verano 1999 de Dior, con un marcado aire militar que también pasaba por vestidos largos en color caqui que emulaban el cuello y el cierre del cheongsam. Muy sutilmente, Prada se había inspirado en estas líneas, especialmente el cuello, para su primavera de 1997.  Roberto Cavalli en la primavera de 2003, Zuhair Murad en otoño 2011 serían otros dos ejemplos. Incluso Louis Vuitton en la primavera de 2011, en la que su entonces creativo, Marc Jacobs, se sumergió en un universo oriental en el que este vestido era el protagonista absoluto en sedas estampadas y tejidos brocados. Que vuelva en 2020 este vestido con la misma diatriba que vimos en los años 30, en los 40, en los 70 con la modelo Beverly Johnson, reiteradamente en la pasarela y en la alfombra roja y con culmen en una exposición del MET (2015), es la prueba irrefutable de las muchas (y largas vidas) del qipao. De que se trata, como el little black dress, de una prenda que jamás pasará de moda.

Dior primavera verano 1999 con un qipao.Guy Marineau
La visión del qipao o cheongsam de Marc Jacobs para Louis Vuitton en la primavera de 2011.