Una fotografía de su padre, dos tubos de pintura vacíos, una serie de lienzos deshilachados y sus paletas descartadas, apiladas con años de mezclas de colores, son los elementos que el artista quiteño Byron Toledo utiliza para regresar al pasado.

“Hace tiempo leí que la pintura es cubrir, superponer capas que esconden otras, sin poder volver. Para mí, está vinculada a una serie de relaciones afectivas, a mi historia personal, a mi relación con mi padre y con el arte”, reflexiona.

Este retorno hacia su propia historia inició durante el confinamiento de 2020, cuando halló una paleta con la que había trabajado años antes en una serie sobre sus mundos internos y la materialidad de la pintura.

“Me llamaba mucho la atención hacer ese ejercicio de ‘excavar’ de mi propia paleta y construir ficciones a partir de los fragmentos. Pensé en la arqueología, en cómo, a la par de un artefacto, intuyes la historia de una civilización. Pero en este caso era redescubrir las capas de color que no se volvieron imágenes”, reflexiona.

Haciendo cortes y extracciones, este llevó a cabo una primera composición con capas de color, que luego se convirtió en un proyecto que tardó dos años. Los lienzos, resultado de esta intervención, son parte de su muestra individual Arqueologías: una isla en medio de todos los mares, que abrió sus puertas en la galería Más Arte, ubicada en La Floresta (Quito).

La exposición está conformada por grandes lienzos, piezas miniatura que se pueden observar con lupa, y composiciones tipo collage conformadas por fragmentos de paletas sobrepuestas. “Fue como armar un rompecabezas, un proceso que estaba inmerso en el juego, y que reflejaba ciertas experiencias, pero no de manera lineal u obvia”, dice.

Para Byron Toledo, este proceso fue también un retorno a la técnica pictórica tras varios años dedicados a la instalación, la manipulación digital, formas escultóricas con materia viviente y más.

“Esta fue una búsqueda muy personal, fue preguntarme por qué seguir pintando cuando hay muchas formas de hacer imágenes. Finalmente recaí en que la pintura es fundamental en mi historia, porque habla de mis vínculos afectivos”, comenta.

• UN ARTISTA MULTIFACÉTICO

A la par de llevar a cabo su propia obra, Toledo compagina la creación con la docencia y la gestión cultural. Tiene un máster en Lenguajes Artísticos Combinados por la Universidad Nacional de Artes en Buenos Aires, Argentina, y es docente de la carrera de Artes Visuales en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). 

También dirige Q Galería, espacio de exposiciones de la USFQ. “Creo que mi obra se alimenta de los distintos espacios que ocupo, no creo que una faceta, como la docencia, es excluyente de las demás”, señala.